Líneas de vida: más que cartografías sensibles




Líneas de vida: más que cartografías sensibles


El trabajo de Lina María Quintero demuestra la relevancia de la creación en red de afectos en el campo de las artes visuales. A través de sus cartografías sensibles, Quintero logra establecer conexiones profundas con su comunidad y generar diálogos que trascienden las barreras individuales. Su enfoque colectivo y transversalizado nos muestra cómo el arte puede ser una herramienta poderosa para tejer lazos emocionales y construir identidades colectivas.

La cartografía social aplicada a la investigación en artes visuales es una metodología fascinante que combina los principios de la cartografía y las artes visuales para explorar, representar visualmente las dinámicas sociales y espaciales de un contexto o comunidad específica. Esta práctica va más allá de ver los mapas como herramientas geográficas, reconociendo su capacidad narrativa para transmitir información compleja y subjetiva.

En el ámbito de la investigación en artes visuales, la cartografía social se convierte en una poderosa herramienta para analizar y representar las relaciones entre el arte, el espacio y la comunidad. Permite examinar, de manera profunda, cómo el arte y las prácticas artísticas interactúan con los entornos físicos - sociales, y cómo influyen en la vida de las personas y en las dinámicas culturales en general.

La metodología de la cartografía social en la investigación en artes visuales involucra la recopilación de datos e información a través de diversos métodos, como entrevistas, observación participante y recopilación de material visual. Estos datos se organizan y se representan, de manera visual, utilizando mapas y diagramas que pueden incluir elementos como ubicaciones geográficas, rutas, puntos de interés, historias personales, relaciones sociales y aspectos estéticos.

El objetivo principal de la cartografía social aplicada a la investigación en artes visuales es comprender y visualizar las complejas interacciones entre el arte, el entorno social y la comunidad en la que se desarrolla. A través de esta metodología, se busca destacar las formas en que el arte puede transformar y dar forma a los espacios rurales, urbanos y comunitarios, así como representar las identidades culturales y las prácticas artísticas locales. Además, se busca explorar las perspectivas y experiencias de las personas involucradas en la producción y recepción del arte, generando así un espacio para la reflexión con diálogo colectivo.

Lina María Quintero emerge como una destacada artista santandereana, que no solo tiene una profunda conciencia de clase, sino también una perspectiva única sobre la aplicación de la cartografía social en su trabajo. Quintero obtuvo su grado de maestría recientemente en la Universidad Industrial de Santander, donde se graduó, demostrando en su propuesta cómo generar rizomas entre teoría, práctica, academia y conocimiento migrado al arte. Su enfoque investigativo y su compromiso con el trabajo colectivo la han llevado a transversalizar procesos personales con la inserción en comunidades que forman parte de su propio entorno.

El trabajo de Quintero se enmarca en el contexto del feminismo, la sociología y la antropología, tres disciplinas fundamentales para comprender la complejidad de la sociedad y la familia. Utilizando estos conceptos como base, Quintero construye cartografías sensibles que revelan su propia identidad, exploran cómo su memoria, su cartografía emocional y personal se convierten en un ejercicio de identidad colectiva. Una de sus exposiciones más recientes, realizada en el Centro Colombo Americano de Bucaramanga, se centró en instalaciones que invitaron al espectador a plantearse las mismas preguntas que ella busca responder a través de las artes plásticas.

Para Quintero, una acuarela, un trazo, una cenefa verde no es simplemente una forma de capturar, representar o reproducir un paisaje. Para ella, una acuarela o cualquier objeto es un medio para establecer un vínculo profundo con la memoria y los recorridos que realizaba en Lebrija, Santander, su lugar de origen y principal fuente de inspiración. A través de la red de afectos que teje con su arte, Quintero genera líneas y mapas visuales que revelan preguntas y reflexiones en el espacio expositivo.

El trabajo de Lina María Quintero no solo destaca por su valor artístico, sino también por su relevancia en el campo de la docencia y el trabajo relacional. Su enfoque colectivo y transversalizado le permite no solo generar un impacto en el mundo del arte, sino también en las comunidades con las que trabaja. Su obra invita a la reflexión sobre temas sociales - culturales fundamentales, y su enfoque centrado en el feminismo y en la sensibilidad hacia la experiencia de las mujeres en la sociedad la convierte en una figura destacada en la escena artística contemporánea de Santander y Colombia.

La cartografía social aplicada a la investigación en artes visuales es un enfoque innovador que amplía los límites de la creación artística y nos invita a repensar la forma en que nos relacionamos con el arte y el entorno que nos rodea. A través de esta metodología, podemos explorar las múltiples capas de significado que existen en los espacios rurales, urbanos o comunitarios y comprender cómo el arte puede ser un agente transformador en nuestras vidas.

Lina María Quintero es un claro ejemplo de cómo la cartografía social puede ser aplicada de manera creativa y reflexiva. Su compromiso con la comunidad y su capacidad para generar diálogos a través de sus obras nos muestran cómo el arte puede trascender las barreras del lenguaje y conectarnos de manera profunda con nuestras experiencias individuales y colectivas.

En definitiva, la cartografía social aplicada a la investigación en artes visuales nos brinda una nueva perspectiva para explorar, comprender las dinámicas sociales -espaciales en el contexto del arte y la comunidad. A través de esta metodología, podemos generar conocimiento, promover el diálogo, la reflexión colectiva y ampliar nuestra comprensión de cómo el arte junto al espacio interactúa en nuestra sociedad. Artistas como Lina María Quintero nos inspiran a seguir explorando y expandiendo los límites de la creación artística y su impacto en nuestra vida cotidiana.

La creación en red de afectos no solo enriquece la experiencia artística, sino que también tiene un impacto tangible en las comunidades con las que trabaja. Quintero nos invita a reflexionar sobre temas sociales - culturales importantes, su enfoque en el feminismo y la experiencia de las mujeres nos recuerda la importancia de dar voz a quienes han sido históricamente marginados, instrumentalizados, hegemonizados o invisibilizados. Su obra nos inspira a valorar las conexiones emocionales que podemos establecer a través del arte y cómo estas redes de afectos pueden generar transformaciones significativas, tanto en el ámbito personal como colectivo.


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