Ópera Prima

 Ópera Prima


Registro poético, testimonio político, lecturas y encuentro con la obra de dos jóvenes creadores



Observación, memoria, registro y señalamiento político son las líneas desde las que se aborda el análisis de las piezas de Salcedo y Abad. Observación de espacios urbanos o lugares que evolucionan desde lo rural, memorias de la llegada de la modernidad, evolución de un territorio, registros en dibujo, capas de papel encoladas, el frotar superficies y paisajes sonoros, técnicas plásticas del arte moderno y contemporáneo, que hablan del «ser colombiano», del «ser latinoamericano»; dispositivos estéticos que, en los trabajos de estos dos noveles artistas, posibilitan, desde el saber hacer, un emergente dominio de la técnica y necesidad de reelaborar los cotidianos, encontrando otra forma de retratar la historia.

Según Salcedo, Memorias de agua es una propuesta artística, que busca preservar, a través de una instalación artística, la memoria colectiva de las personas que conocieron las Chorreras de Don Juan, también conocidas coloquialmente como el Acueducto de las tres BBB (Bobo, Burrito y Barril), debido a que se necesitaba de un burro y un barril para sacar el líquido; y del bobo, al que asignaban tan ardua labor. Salcedo, en este proceso profundo de encuentro con un grupo humano, durante aproximadamente dos años, recupera los recuerdos de los que vivieron la historia. Míticas anécdotas que comparan al sujeto obrero con un animal de carga. ¿Es acaso esta, de alguna manera, una reflexión de la percepción de lo que es para un colectivo humano generacional la idea de la mano de obra en la Bucaramanga de inicio del siglo XX? Un territorio producto de líneas comerciales y de las necesidades de una creciente población, que necesitaba del preciado líquido para su consumo, que, con la llegada del acueducto moderno, desplaza el uso de la fuerza laboral a un proceso, donde se requiere, ahora, la máquina y la directa transformación del paisaje natural. 

En el caso de Jaime Abad Torres, él argumenta que La observación del transeúnte de Medellín es una visión de la masificación y la transculturación en el devenir de la sobremodernidad. Serie de dibujos que proponen que, al final, se logren establecer las caracterizaciones pertinentes de ese transeúnte como contenedor y contenido, como esa visión de la pluralidad, que, de muchas maneras, está (re)articulando los conceptos de sociedad, (auto)percepción, implicación y de lectura simbólica de la globalización y el mestizaje cultural. Su obra entra en diálogo con la de Salcedo y encuentran una posibilidad de vinculación, pues en los dos casos, bien sea desde el dibujo o desde otros usos del papel como soporte, los dos buscan y encuentran lo mismo: retratar sujetos y espacios asimilados, convertidos en íconos políticos de las diversas maneras de orillar, que utiliza el estamento de poder, para ubicar socialmente al que se convierte en el otro, un otro que ya no cumple un papel protagónico en el articulado funcional social. 

Desde nuestra perspectiva, es probable que estos dos artistas traten de conciliar, en el accionar humano, momentos en el tiempo, recurrentes y símiles en diferentes territorios, paisajes o territorios de la memoria, acciones humanas que definen al sujeto y lo ubican en un lugar para ayudar a realizar otras lecturas sobre la identidad.    Abad también menciona: caminar por Medellín, tal vez, no diste mucho de la experiencia de caminar por otras ciudades del mundo o más específicamente caminar por las grandes urbes de los países en desarrollo; el potencial de estudio del transeúnte puede estar en cualquier parte de este vasto planeta. Dicho sujeto en tránsito, similar a un caracol, deja un registro de su paso, propone en su aparente simple existencia un testimonio del ejercicio político impuesto por el estado para él. Los sujetos e historias, propuestos en esta muestra, son diluidos dentro del discurso hegemónico que lo o les denomina como similares o dentro de un relato mítico fundacional de Salcedo, que narra el cambio de lo rural a la modernidad, retirando de él la particularidad. 

Abad y Salcedo aluden a sus sujetos como simbióticos, sin embargo, desde nuestra perspectiva, también podemos pensar en sus trabajos como heterotróficos, pues ella y él retratan unos sujetos y momentos que son incapaces de elaborar su propia presencia, a partir de sí mismos, y, de alguna manera, dependen del especialista para trascender en la memoria. Al hablar del especialista, incluimos en este tipo de ejercicios fundamentales de la memoria al comunicador o investigador social - político, que descubre, en la existencia de estos sujetos e historias, fragmentos para observar y fijar la memoria que generalmente es invisible en los libros de historia, cuando no son grabados en las múltiples posibilidades transtextuales del arte. 

Desde nuestra particular visión del arte, nos interesa compartir el trabajo de estos artistas emergentes, Salcedo y Abad, pues van más adelante; sus procesos superan el dibujo y la nostalgia por el uso del papel como soporte o la creación en sí; son procesos de investigación, registro contextual histórico del contundente discurso del estado sobre el sujeto en un territorio que ha sido colonizado.




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