Caminando sobre poéticas visuales: el andar como práctica artística en la contemporaneidad



Caminando sobre poéticas visuales: el andar como práctica artística en la contemporaneidad

Gloria LAPEÑA GALLEGO del Departamento de Bellas Artes de la Universidad de Murcia gloria.lapena@um.es menciona en su texto “El caminar por la ciudad como práctica artística: desplazamiento físico y rememoración”: “La acción de caminar por la ciudad es un enfoque que algunos artistas de la segunda mitad del siglo XX han dado a sus creaciones, consiguiendo un doble objetivo. Por una parte, el desplazamiento entre diferentes puntos provocado por la necesidad de acudir al lugar para reconstruir la obra. Y por otro, la rememoración de la historia personal evocada por las sensaciones que despiertan las imágenes encontradas durante el acto de andar. Las herramientas utilizadas para realizar estas obras han evolucionado desde la fotografía y la escritura de los años 60, hasta las nuevas tecnologías y aplicaciones actuales más sofisticadas. Sin embargo, este tipo de propuestas presentan elementos comunes relacionados con la imagen cartográfica de la ciudad como punto de partida para la reflexión de la sociedad”. En el caso de la obra de Leone, en lugar de trascurrir en lo urbano, la acción y el registro ocurre en lo rural, en el borde entre lo “real” y lo fantástico, entre un campo casi domesticado y el límite de lo urbano, pero siempre dando una mirada de aquello que es bello, que es frágil, que podemos destruir, pero que jamás podremos domesticar.


“Secuencia de un hombre que camina” es el título que posee la obra del artista Oscar Leone, pieza  expuesta dentro del proyecto Espacios Revelados 2018. Al ingresar a la Galería Tótem de la ciudad de Bucaramanga, el espectador se sumergía en el paisaje sonoro construido especialmente para la pieza por la artista Diana Restrepo y gracias al cual, las tres pantallas, en forma de tríptico frontal y monumental, sumergen al que observa en el video y registro del recorrido de un hombre que se cuestiona, caminando por los senderos de nuestra tierra y aparentemente pensando sobre el presente del agua y de las abejas, quienes, actualmente, se han convertido en el símbolo de la devastación climática y la disminución  de los recursos naturales; poesía visual que nos invita a reflexionar sin la necesidad de la utilización de una representación destructiva. Incesante zumbidos que sumergen; ruidos de agua y un hombre que transita llevando a cuestas el peso de los objetos que contienen tiempo y demuestran el impacto de la transformación del ser humano en su hábitat (Dos bidones de material traslúcido. uno con agua; el otro, con miel; soportados en un madero,  similar al cargado por los bueyes que aran la tierra, y que evoca al icono cristiano del hombre con la cruz a cuestas camino a su crucifixión). Al pensar la pieza desde los medios tecnológicos de registro, se  percibe la importancia de un acompañamiento técnico, pues esta pieza, sin un registro en cámara aérea  y con alta calidad de imagen, no hubiese sido posible. Si bien la pieza evoca el romanticismo y la necesidad de minimizar al ser humano frente a la vastedad del espacio físico que él ha ido transformando a través de su presencia, en la video instalación se observa cómo el registro de un artista caminante, que transita a través de cuerpos de agua específicamente santandereanos y desde el Páramo de Santurbán hasta llegar al casco urbano de la ciudad y, en algún momento, posado frente al Cañón del Chicamocha, nos invita a analizar sobre cómo nuestra presencia transforma otras vidas. Leone no solo indaga; él pregunta y señala cómo el paisaje y la performatividad humana existen, están presentes y conviven también con otros; una obra que nos ayuda a pensar cómo nosotros simplemente no podemos existir sin una interacción directa con nuestro ecosistema.

Para finalizar el texto, nos gustaría cerrar con la conclusión de Lapeña, quien nos da luces y refuerza el porqué esta pieza es un ejercicio de reflexión fundamental: “Se ha reflexionado y escrito mucho acerca de cómo las ciudades han dejado de ser un lugar estable para convertirse en espacios en los que la movilidad y el tránsito son dos de sus rasgos más significativos. La mayoría de nosotros inicia su trayecto diario de manera automática, lo concebimos como el medio para llegar a un destino. Salimos a la calle a comprar. Los centros comerciales, no lugares que se han convertido en el punto de reunión y socialización. La ciudad es el escenario donde tienen lugar los acontecimientos imperceptibles, pero que encierran una fuerza poética. Moverse a pie y sin seguir el trazado ideado por el urbanista supone escapar de la normalización y control de la ciudad. Es por ello que adquieren un perfil subversivo que denuncia el conformismo, la estabilidad y la inclinación sedentaria de la sociedad de consumo. Esta doble faceta de la ciudad, espacio y recuerdo, ha sido utilizada por artistas, que se alejan de la exposición en el cubo blanco para situarse en la calle. El recorrido horizontal o físico de desplazamiento se funde con el viaje vertical, evocador y poético, para constituir obras artísticas que, en esencia, comparten el hecho de caminar, y estéticamente vienen a ser consecuencia de las herramientas/técnicas del contexto en el que se ubica el artista”.

LAPEÑA GALLEGO, Gloria (2014): "El caminar por la ciudad como práctica artística: desplazamiento físico y rememoración" [en línea]. En: Ángulo Recto. Revista de estudios sobre la ciudad como espacio plural, vol. 6, núm. 1, pp. 21-34. En: http://www.ucm.es/info/angulo/volumen/Volumen06-1/articulos02.htm. ISSN: 1989-4015http://dx.doi.org/10.5209/rev_ANRE.2014.v6.n1.45321





Comentarios

Entradas populares de este blog

Colección: riqueza y vitalidad

DE.LICA.DO DÉ. LICA.T en la Alianza Francesa de Bucaramanga

Féminas: Rostros y Rastros - Un Viaje Psicológico a Través del Retrato y la Materialidad