Todos los artistas, un espacio: arte para todos
Todos
los artistas, un espacio: arte para todos
Julio se mantendrá en la mente de todos los espectadores que tuvieron la posibilidad de asistir al Museo de Arte Moderno de Bucaramanga, MAMB, porque esta institución abrió nuevamente sus puertas para una exposición totalmente incluyente, en la que todas las artes, todas las técnicas, todas las tendencias y todos los artistas (emergentes, de mediana y mayor experiencia) compartieron sus más recientes obras, en las que, muchas de ellas, mostraron el lado sensible de sus creadores, al reflexionar sobre la actual situación que padece el país.
Cuarenta artistas,
reunidos en dos salas y con su particular profética mirada, dan cuenta de un
concepto de país, de sociedad que experimenta cambios de toda índole. Desde obras que recogen el día a día que se
vive en las calles y en los medios: (Banano, de Michael Angarita
Tarazona; Florecer, de Luisa Fernanda Prada Suárez; Fosas para
combustible, de Clemens Martínez; La vida es juego… Juégalo en Pandemial
No. 1, de Pedro Miguel Ortiz Guerrero; Ajedrez, fantasía y realidad,
de Mario Andrés Guerrero Torres; La caseta, de María Fernanda Mantilla Silva;
Momentos, de Juan Carlos Albarracín Mendoza; Resistiendo, de
Doris Yaneth Vargas López; Escribiente, de Sandra Milena Acosta
Martínez; ¿Fármacos: hipótesis, cura o muerte?, de Mario Chaparro
Ruiz; Ofrenda de Gracias al santo Álvaro, de Sebastián Báez; Van a
volver, de Daniela Rueda García; Precariato, de Fredy Pinto Moreno; y De
la serie She,cession #1, de Nathalia Gómez; entre otras. Así como obras que conllevan una profunda
reflexión personal, totalmente intimista y hermética, que se traslada al
espectador: Ímpetu y resiliencia, de Juan Sebastián Gutiérrez Rueda; Ad
hominem, de Al Hani Ramírez Bettez; La llave, de Jorge Ugarte; Lafanzinante
Vol. 1 – Mujeres perversas de la historia, de Isabel Cristina Acuña Pérez; El
oficio, de Jaime Abril; Dualidad privativa, de Danny Delgado Rangel;
Todo viene del interior, de Eduard Camacho; Tesoro contenido, de Jheny
Ariza; Virginal – virtud, de Luz Mary Ávila Aguilar; Almas que
deambulan y Elite, de Isabella Arenas Hernández; y Jesús con Espinas,
de Silvia Peña; entre otras.
Cuarenta obras y cuarenta
variadas miradas, que se bifurcan con un mismo fin: atrapar al espectador y
llevarlo a sentir y padecer su tierra, desde el único artilugio válido, aun en
tiempos de pandemia: el arte.
Gracias, Gracias, Gracias, por tan excelente presentación y difusión de tan importante exposicion' Dios los bendiga con su trabajo y sigan difundiendo las expresiones artísticas que se presentan en esta localidad.
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